"¿Qué es, en realidad, el hombre? Es el ser que siempre decide lo que es. Es quien ha inventado las cámaras de gas, pero también el que ha entrado en ellas con paso firme, musitando una oración." Viktor Frankl
Fabricantes de realidades es lo que somos. Las decisiones que tomamos cada día, cada minuto, cada segundo son las que determinan la realidad que vivimos. Esta realidad - solemos creer - viene dada por nuestro pasado: las malas experiencias, los traumas, las decisiones equivocadas, las disculpas entregadas y aceptadas. Sin embargo, existe otra manera de ver nuestro presente. Consiste en evitar pensar que nuestro pasado es lo que determina quienes somos hoy, y en su lugar, debemos creer - y permitir - que nuestro futuro lo haga. Imaginémonos dentro de cinco, diez o veinte años y que sea esa persona la que determina las decisiones que tomamos en el presente.
Esta forma de existir fue la que mantuvo con vida a Vikor Frankl. Este psiquiatra austríaco sobrevivió los horrores de Auschwitz durante la Segunda Guerra Mundial y a partir de su dolorosa experiencia, al ser liberado, desarrolló una escuela de psicología conocida como logoterapia. - Quien tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo - Frankl cita a Nietzsche varias veces en su libro El hombre en busca de sentido. A través de sus paginas, Frankl narra su desgarradora experiencia en el campo de concentración y cómo pudo sobrellevar las humillaciones, los maltratos, las golpizas, el hambre y sobre todo la inhumanidad de ese oscuro episodio de la historia moderna. Buscaba recordarse a si mismo el sentido que tenia su vida, a pesar de todo lo que sucedía a su alrededor. En los momentos más oscuros y desesperanzadores - decía - se visualizaba ofreciendo conferencias ante miles de personas, sobre los horrores de los campos de concentración, muchos años antes de tener una mínima esperanza de que termine la guerra.
"Quien tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo." Friedrich Nietzsche
Años luego de su liberación, cuenta la historia de un paciente que había caído en una profunda depresión a raíz de la muerte de su esposa dos años atrás. En una de las consultas, el psiquiatra le pregunta si él hubiese preferido morir, para que su esposa viva.
- Ella no hubiera soportado el sufrimiento- contestó.
Existe una ecuación matemática que puede definir la desesperanza. En este caso, la desesperanza y la depresión del paciente ante la ausencia de su esposa. La ecuación se define así:
D = S - P
Desesperanza = Sufrimiento - Propósito
Entonces, el psiquiatra le hizo entender que el propósito de su sufrimiento tenía que ver, en última instancia, con su sacrificio. Es decir, su propio sufrimiento salvó a su esposa del inmenso dolor que supondría la situación inversa, en donde ella le hubiese sobrevivido a él. Una vez absorbidas las palabras del doctor, el paciente se levantó de su silla, lo abrazó y salió de la consulta con los ojos humedecidos. Había encontrado el propósito de su sufrimiento, había encontrando algo de luz en la oscuridad.
Y así fue como Viktor Frankl logró superar el campo de concentración. A veces dicen que nunca nos darán una cruz que no podamos cargar, sin embargo, el mismo Frankl describe como muchos prisioneros se dejaban morir ante la desesperanza. Seguramente debe ser terrible presenciar tanta maldad de manos de tu prójimo. Estas experiencias deben despertar el lado más primitivo del ser humano, desde el fondo del alma. Estas circunstancias producen monstruos, pero también seres excepcionales, que se mantienen de pie ante la adversidad y nos dan algo de optimismo para vislumbrar un futuro positivo para nuestra especie. Aquellas personas que salen adelante a pesar de la barbaridad humana, a pesar de la maldad, a pesar del dolor. Estos son los que encuentran un sentido a su vida y ayudan a otros a hacer lo mismo.
Pienso y debato constantemente en mi cabeza acerca de si los seres humanos somos animales malvados por naturaleza o quizá la misma sociedad nos corrompe hasta sacar lo peor de nosotros. La conclusión siempre es la misma, creo que necesito algunos años más de vida para contestar esas preguntas.
Como siempre. Tu gud my friend