Los Cuatro Acuerdos se titula el libro del escritor mexicano Miguel Ángel Ruiz. Si no lo han leído, vayan a una librería hoy mismo y cómprenlo, vale la pena. Los Toltecas fueron una tribu de artistas y científicos que habitaban el sur de México hace miles de años. Ellos formaron una comunidad de maestros y estudiantes en Teotihuacan, aquel lugar en el que el hombre se convierte en Dios - según ellos. Los cuatro acuerdos de la sabiduría tolteca detallados en el libro, son básicamente una guía sencilla y práctica para llevar una vida plena:
No supongas.
Sé impecable con tu palabra.
Haz siempre lo mejor
No te tomes nada personal.
No es mi intención aburrirlos con un resumen mediocre de un libro que pueden leer en un solo fin de semana. En realidad solo quiero ahondar acerca de un acuerdo en particular:
Sé impecable con tu palabra.
Cada día me sorprendo de la poca importancia que las personas dan a sus palabras. La habilidad que tenemos para comunicarnos a través de un lenguaje es quizá uno de los principales factores que han llevado a los seres humanos a dominar el planeta - para bien o para mal. Entonces, ¿por qué diablos la gente es tan poco comprometida con lo que sale de su boca? Mejor quédense callados en lugar de faltar a su palabra cada vez que dicen algo.
"Para saber lo que la gente realmente piensa, presta atención a lo que hacen, en lugar de a lo que dicen.” Rene Descartes
Ser profesor de Jiu Jitsu me ha demostrado que lamentablemente la gente tiene este mal hábito de hablar y hablar y hablar y no cumplir nada de lo que dicen.
- El lunes estoy ahí para entrenar. ¡Seguro!-
- Si, voy a ir a competir, ¡mañana mismo me inscribo!-
- Nos vemos mañana, a esa hora estaré ahí, cuenta conmigo. -
Y así podría continuar enumerando las miles de veces que me he encontrado en este tipo de conversaciones. Lo peor de todo son las excusas que vienen luego, cuando son interrogados. Ahora me limito a quedarme callado, observar y prestar atención a lo que hacen. Nada más.
No se dan cuenta que al faltar a su palabra, están faltándose el respeto a ellos mismo. La historia de Pedro y el lobo, ¿se acuerdan? Aquel niño que gritaba que se acercaba un lobo a la aldea y siempre era mentira. Todos sabemos como termina esa historia. No sean como Pedro. Aprendan a cumplir lo que dicen, empiecen pequeño y luego hagan hábito de hacerlo siempre, sobre todo con las cosas importantes.
- Voy a entrenar a las seis de la mañana - Háganlo, programen la alarma a las cinco y media. Aparezcan en la academia.
-Voy a competir en tal torneo - Háganlo. Prepárense. Hagan un cronograma de entrenamiento y comprométanse a el.
-Odio mi trabajo, quiero renunciar para hacer lo que realmente me gusta - Háganlo. Capacítense. Busquen ayuda de personas que han hecho lo mismo y aprendan de ellos. Pónganse una meta y establezcan un plan para cumplirlo paso a paso.
Sean impecables con su palabra.
ED
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