Es mejor saber y no necesitar, que necesitar y no saber.
Quince años estudiando el Jiu Jitsu - y las artes marciales en general - me han enseñado tres cosas: La mayoría de la gente que pelea en la calle, los bravucones, no tienen la más mínima idea de pelear. La virtud de la defensa personal va más allá de solo las técnicas, es el mindset que adquieres lo que realmente importa. La academia donde vas para aprender es mucho más importante de lo que las personas creen.
Primero. La mayoría de la gente que pelea en la calle, no tiene idea de pelear.
Pero, ¿por qué? La respuesta es sencilla, la gran mayoría de personas hoy en día no tiene idea de lo que es la violencia. La verdadera violencia. No saben lo que significa estar en un cuarto lleno de peleadores profesionales, que dedican sus vidas al arte de la pelea. No conocen el sentimiento de que te amarren en posiciones en las que no puedes hacer nada y quedas completamente vulnerable. Ventajosamente en el Jiu Jitsu nos enseñan a perdonar la vida de nuestro compañero una vez que da tres golpes con su palma, en señal de rendición. Sin embargo, la ignorancia es atrevida saben decir.
El estrés de la cotidianidad se va acumulando como basura en un vertedero dentro de las personas: las deudas, el trabajo, la falta de trabajo, sus préstamos, sus estudios, las cuentas por pagar, el fin de mes, el fin de año; todos esos malabares mantienen al humano moderno al borde del colapso nervioso y por ende, propensos a reacciones violentas. Así que, un día, explotan. Contra la esposa o el esposo, el jefe, los compañeros, la pareja, los papás, el señor de la camioneta roja que le tocó la bocina, el servidor público ineficiente, la mesera descuidada que derramó su bebida. Cualquiera puede estar al otro lado del cañón - figurativa y literalmente.
Recuerden que somos animales, la pelea y la agresión son parte de nuestro ADN y si no tenemos un medio por donde liberarlos, terminamos en violencia innecesaria y muchas veces perturbadora. Matar con nuestras manos para comer y tener que pelear por nuestro territorio en guerras contra otras tribus humanas eran actividades comunes para el ser humano hace miles de años. Ahora no. Ahora solo vas a la tienda más cercana y compras lo que necesitas para no morir de hambre. Si no te gusta algo o alguien, basta con escribir insultos e improperios a través de las redes sociales, no tienes siquiera que mirarle a los ojos.
El Jiu Jitsu te ayuda a canalizar esa agresión. Y no solo desde un punto de vista del ejercicio físico, pues existe un componente psicológico más importante aún. Este reside en el hecho de tener a otra persona tratando con todas sus fuerzas de estrangularte y romperte los brazos. Suena aterrador, pero en realidad es una poderosa herramienta educativa. Además, después de dos horas de Jiu Jitsu, no querrán salir a pelear en la calle, se los aseguro.
Segundo. La virtud de la defensa personal va más allá de las técnicas, es el mindset que adquieres.
El mindset. La forma en la que afrontas todas y cada una de las cosas que te suceden en la vida. Tomemos el ejemplo de uno de los mejores de todos los tiempos en su rama, Michael Jordan. El tenía una forma particular de ver el básquetbol, la competencia y la vida en general. Una mentalidad estudiada y replicada - o por lo menos intentan - por entrenadores deportivos y gurús del marketing y los negocios. El mindset es todo.
Cuando tienes las habilidades necesarias para defenderte de una agresión física, disminuye drásticamente la ansiedad en tu vida ¿Acaso no es ese el miedo más común que domina a las personas, un confrontamiento físico o una agresión por parte de un desconocido? Pero cuidado, solo con tener el conocimiento no basta, tienes que transformar ese conocimiento en habilidad. Es decir, debes poner en práctica lo aprendido en la teoría y para eso, amigos míos, el Jiu Jitsu es perfecto. Te permite entrenar todos los días - si lo haces de manera inteligente.
Y es esa particularidad la que convierte al arte suave en la herramienta perfecta para alcanzar nuestro potencial como seres humanos. Te entrega un mindset de invencibilidad, y en el peor escenario posible, una confrontación física contra otro ser humano. Y por qué digo esto, porque el Jiu Jitsu te enseña, por sobre todas las cosas, a no perder y no solamente a ganar. Y esto cobra más sentido si imaginamos a un hombre adulto atacando a una joven que va saliendo del colegio. Pues si te están atacando y debes pelear por tu vida, si sobrevives, ya eres un ganador.
Tercero. La academia donde vas para aprender es mucho más importante de lo que las personas creen.
Tomemos el ejemplo de Karla.
Ella esta decidida en ir a aprender Jiu Jitsu y encuentra una academia cerca de su lugar de trabajo. Cuando llega por primera vez, no se le explica el programa de entrenamiento ni los objetivos de su primera clase. Sin ningún tipo de calentamiento adecuado previo al entrenamiento, Karla entra y el profesor le hace practicar dos técnicas aleatorias, con otro estudiante nuevo que llegó también ese mismo día. El estudiante nuevo pesa cincuenta kilos más que Karla - casi el doble - y al terminar la parte técnica, ella siente un dolor punzante en el hombro izquierdo y pide al profesor un tiempo para descansar. Mientras, ella observa que el profesor da la indicación para que empiecen a luchar libremente. Todos van con una fuerza descomunal en un intento exasperado por ganar a su oponente a como dé lugar, el resultado: tres personas salen lastimadas del entrenamiento. Karla regresa a su casa y no puede dormir por el dolor en su hombro y decide ir al traumatólogo. Le diagnostican una lesión de hombro y dos semanas de reposo. Así se resumió su primera clase. Karla nunca más volvería al Jiu Jitsu.
Diez meses pasan y Karla es atacada por su ex pareja afuera de su departamento. Quizá con un par de técnicas de defensa personal hubiera podido pelear por su vida. Quizá.
¿Entienden la importancia de crear un ambiente idóneo para la práctica del Jiu Jitsu?
Nuestra misión como instructores y profesionales del arte suave es eso, nada más. Compartir de una manera segura y accesible el Jiu Jitsu que tanto nos ha enseñado y pasar la antorcha. Y no, no se trata de enseñar a pelear, se trata de formar mejores personas.
ED
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