100 millones de personas juegan al tenis alrededor del mundo. Imaginen ser el número uno. Mejor aún, imaginen ser el número uno, ganar Wimbledon y tener solo veinte años. Lo que hizo Carlitos Alcaraz este sábado es épico. No los aburriré con todos los records que rompió y tampoco creo que debo recordarles el legendario oponente que tuvo al frente en la forma de Novak Djokovic. Solamente quiero preguntarles si es que se fijaron en las pequeñas conversaciones que tenían Carlitos y Novak con ellos mismos, durante el partido.
Quienes somos apasionados por este extenuante, complejo y muchas veces cruel deporte, generalmente vemos el juego externo: las voleas, los drop shots, los rallies larguísimos y las extenuantes corridas para llegar al otro lado de la cancha. Pero existe otro juego que no vemos: el juego interno. Todos tenemos dos versiones dentro nuestro. La versión consciente y la versión inconsciente. Los profesionales — en este caso del tenis — tienen que saber manejar estas dos versiones a la perfección para llegar a esos niveles de excelencia. Y déjenme decirles que Carlitos, es un maestro en este arte.
Mientras leen estas palabras, por ejemplo, su versión inconsciente esta cumpliendo con muchas funciones al tiempo sin ningún problema, están respirando, su postura esta en la posición correcta para poder leer cómodamente y su estómago esta digiriendo su última comida. El problema radica en que muchas veces la version consciente quiere entrar en juego para apoderarse y generalmente eso causa los problemas.
Supongamos que durante el partido, un jugador falla un tiro relativamente sencillo y prácticamente le entrega en bandeja el punto al contrario. Si deja que su versión consciente juzgue el error, seguramente sus músculos se tensionarán y no podrá jugar cómodamente el siguiente punto, incluso, los nervios y el hecho de sobre pensar el error lo hagan fallar. Pero si en lugar de juzgar, deja que su inconsciente entre en juego, se sentirá más libre y sus movimientos fluirán de manera natural, pues para eso ha entrenado cientos de horas para perfeccionar su técnica de golpeo. No necesita que su versión consciente le diga cómo pegar el golpe de revés — su cuerpo simplemente lo hace, así como lo ha hecho miles de veces.
Entonces, el desafío consiste en dejar a un lado los juicios de valor. Deben callar su versión consciente y para eso deben dejar de juzgar. Volviendo al ejemplo anterior, si siguen juzgando el error del punto pasado, estarán poniendo en peligro el punto presente. En lugar de hacer eso, solo deben dar rienda suelta al inconsciente. Es un trabajo difícil — sumamente difícil y por eso mismo solo hay un número uno del mundo entre 100 millones de tenistas. Sin embargo, todos podemos aplicar estos conceptos ya sea en una negociación del trabajo, en una lucha de jiu jitsu o en un partido de tenis con un amigo.
Aprendan a callar la version consciente y suelten el inconsciente, al fin y al cabo, para eso han entrenado ¿no?
ED
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