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Writer's pictureEsteban Darquea Cabezas

El Método del Método

Experiencias de dos décadas de docencia en el arte del combate.


Método del método. Suena a un remedo barato de algún tratado filosófico de siglos pasados. Un fútil intento de poner en palabras lo que uno mismo no entiende, para contagiar al resto un poco de su iluminada ignorancia. En realidad, este ensayo es mucho más que eso. Es una recopilación de casi dos décadas de enseñanzas y relaciones con cientos de personas. Mujeres, hombres, niños y niñas que han pasado por nuestros laboratorios de combate. Todos ellos aportando algo tan valioso como la confianza. Confiaron en mi, en nosotros, en el método. En nuestra capacidad para enseñarles a tener mayor confianza en si mismos — valga la redundancia. A ser mejores individuos para poder contribuir de forma positiva a su entorno. Incluso más que las técnicas marciales en si mismas. Digo esto porque la mayoría de gente entra sin saber lo que busca, para luego asombrarse de los resultados años después. Y gracias a un método de enseñanza, lo hemos logrado. Estas palabras tratan de enmarcar el camino, de alguna manera. 


No se trata de solo poner unas colchonetas en una sala vacía y ponerse a pelear. No. Se trata de desarrollar un método para transformar vidas. Un servicio que permita al alumno mantener un estilo de vida digno durante el resto de su vida, literalmente. ¿Y cómo se hace eso? Con una estructura clara del camino a seguir. No importa si es un alumno principiante o avanzado. Lo importante es darle al individuo un marco teórico claro dentro del cual pueda convertir ese conocimiento en habilidad — proceso que demora mucho tiempo, pero que se logra con disciplina y perseverancia, sin duda.

 

Ese es el fin último. Teoría a práctica. Habilidad para ejecutar.


Lo valioso es que la lección es inmediata y diaria. Aprendes la técnica primero, mediante repetición tras repetición tras repetición. Y luego, tratas de ponerlo en práctica contra otro ser humano, un oponente que pone resistencia. Primer aprendizaje. No es tan fácil como parece con palabras. Son muchos años de experiencia estudiando una actividad hibrida, mitad ciencia y mitad arte, cuyas habilidades permiten destrozar a otro ser humano en un combate. No les miento, literalmente aprendes a despedazarlo. Aprendes a romper brazos, zafar hombros, dislocar caderas, desnucar, romper muñecas y tobillos y a torcer columnas. Básicamente lo que haces con el trozo de pollo extra crispy del KFC, pero con humanos. Lo gracioso es que el desafío es justamente aprender para no usarlo, nunca. Quizás en un caso de extrema necesidad, pero en última instancia, aprendes a pelear para no pelear. 


El Jiu Jitsu. El juego. La ciencia. El arte. 

Estas tres vertientes se interconectan en esta actividad sagrada para algunos. Primero que nada, hay que entender que es un sistema de defensa personal. Punto. Es decir, tienes que ser capaz de entender el jiu jitsu en una situación real, con golpes, con violencia. Tienes que aprender como actuar en una verdadera situación de peligro en la calle. Eso es lo primero. Luego viene el juego. Piensa en un ajedrez de carne y hueso. Un juego de posiciones, de movimientos en los que cada error cuenta. La ciencia, el aprendizaje sistemático de técnicas y posiciones — flujos y palancas y transferencias de peso y centros de gravedad —  a través de un método científico. El arte, donde el practicante toma las decisiones en medio de un combate. Aquí es donde reside la individualidad del arte marcial. Después de todo, en un equipo, todos aprenden conjuntamente las técnicas y posiciones. Pero es en la lucha en donde la toma de decisiones se activa dependiendo de los movimientos que van apareciendo a medida que transcurre el tiempo. 


El Jiu Jitsu es un juego de posiciones.

El siguiente diagrama de flujo es una guía general que te permite navegar por la variedad de posiciones que existen en este complejo sistema que es el jiu jitsu. Es un diagrama de flujo que simplifica — de manera extrema — la cantidad de detalles y controles y sumisiones que forman parte del bagaje técnico del arte marcial. Sin embargo, puedo asegurarte que engloba lo más importante que un alumno — ya sea que tenga un mes o veinte años practicando — debe saber para entender paulatinamente como funciona el sistema.  


Primera regla. Defensa.

Aprender a defenderte. ¿No es esa la razón para la que toda persona — o la gran mayoría —se inscribe en una academia de judo, de karate, de tae kwon do? Pues, en mi experiencia, el 90% de personas buscan esto, otros pocos les gusta competir y otros vieron demasiada UFC.  En cualquier caso, este diagrama se enfoca en el juego del jiu jitsu. 





¿Cuál es el objetivo del juego? Pues, es obvio que ganar. Pero primero hay que aprender a no perder. Es decir, mantener tu cuello y extremidades a salvo el tiempo suficiente para obtener una posición superior que te permita aplicar una llave que obligue a tu adversario a tapear.


Tapear

  1. verbo intransitivo


    En jiu jitsu y otras artes marciales. Dar tres toques con la mano o el pie en el tatami, en el oponente o en uno mismo, como señal de sumisión, para indicar que se rinde y solicita la finalización de la técnica aplicada. Ejemplo: El luchador decidió tapear cuando su adversario ejecutó una llave de estrangulación eficaz.



En el flujo D.E.C.A, la D significa Defensa. Es decir, aprender a no perder. Una vez que aprendes a defender, ahora debes (E) escapar. El oponente inteligente y estudiado en el arte del jiu jitsu, controla primero a su oponente. Es por eso que debes aprender a salir de esa situación incómoda y riesgosa. Una vez que logras escapar, idealmente deberías buscar controlar (C) a tu oponente. Finalmente, el último eslabón de una lucha perfecta sería atacar una finalización y obligar a tu oponente a tapear. En el peor de los casos, si el ataque falla y tu oponente logra salir y entrar en un ciclo ofensivo propio, debes volver al inicio. Defiendes. Escapas. Controlas y Atacas. 


Suena fácil, suena sencillo, ahora anda a la academia y ponlo en práctica. Busca las diferentes técnicas que conoces e introdúcelas en este diagrama de flujo. Verás que se convierte en un aliado para navegar aguas turbulentas. Porque no te voy a mentir, el jiu jitsu es complicado. Es un mar oscuro y tormentoso y, por lo mismo, te sentirás más seguro con una brújula en mano. 


Hacer simple lo complicado, es el verdadero arte.


Y si por otro lado, tu, querido lector, aún no has probado el jiu jitsu, te reto a que lo hagas: reserva tu clase de prueba aquí.


Oss.


ED

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* Las opiniones expresadas en este Blog son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de COHAB Ecuador.

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