Mirando hacia el abismo, en busca de una luz.
Balenciaga es una casa de moda de lujo, fundada en 1917 por Cristóbal Balenciaga Eizaguirre. "El maestro de todos nosotros", dijo alguna vez Christian Dior refiriéndose al modista español. La empresa cerró sus puertas en 1972 para reabrir nuevamente en 1986. Actualmente forma parte del conglomerado de empresas de lujo Kering y proyecta ventas anuales cercanas a $USD 1 billón. Hoy durante el almuerzo, mirando al vacío con la mente en blanco, se cruzó una pareja delante mío. Ambos quizás de unos treinta y pocos años, ella llevaba una casaca ploma y una gorra negra y el hombre llevaba un saco verde con la palabra Balenciaga estampada en letras blancas cruzando su pecho.
Mil cincuenta dólares es el costo de un saco similar en la página web de la empresa, cuya sede actualmente está en París. Ese valor es más que el doble del sueldo básico en el Ecuador, por un pedazo de tela. Digan lo que quieran, todo el arte y la mística del proceso creativo y el diseño y las formas piramidales que el artista trazó después de un viaje psicodélico con DMT, sea como sea y digan lo que digan, es un pedazo de tela. Punto. Y aquí empieza la verdadera discusión.
Los progresistas gritarán en contra del monstruoso libre mercado y cómo es posible que un pedazo de tela valga el trabajo de dos meses de un proletario. Mientras que los discípulos del laissez faire hablarán a favor de la libertad que existe en el interminable juego de la oferta y la demanda. Ambos lados, los de los extremos y también los más tibios, los que se pegan al centro, están profundamente equivocados. A la larga, se trata de dejar nuestra impronta en el mundo, una marca, una identidad, una ideología o por lo menos - de forma inverosímil - que un pobre diablo se compre una imitación de un saco con tu apellido impreso, en un pequeño país latinoamericano, destrozado por la corrupción e ineptitud de sus gobernantes.
De quince a doscientos millones de espermatozoides corren detrás de ese primer lugar para fecundar el óvulo. Solo uno llegará y empezará el fascinante proceso de crear un humano a partir de un zigoto. Desde ese primer momento estamos luchando constantemente por no morir. No me creen, entonces ¿Qué pasó con los ciento noventa y nueve millones novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve espermatozoides que iban en la carrera detrás del ganador? Pues, murieron en la batalla. Ciento noventa y nueve millones novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve personas que potencialmente podrían haber nacido, algunos de ellos serían doctores o abogados, mientras otros quizás estarían internados en un hospital psiquiátrico. Tantos sueños y vidas potenciales desaparecen todos los días, a cada minuto, en cada rincón de nuestro planeta.
"Lo que dejas atrás no es lo que permanece grabado en monumentos de piedra, sino lo que queda entretejido en la vida de los demás" - Pericles
Artemis es un programa de la NASA cuyo objetivo a largo plazo es enviar humanos a Marte. Artemis 1 será el primer vuelo del programa, planificado para partir este año. El objetivo de este primer vuelo no tripulado es realizar una trayectoria alrededor de la luna como preparativo para los siguientes vuelos. Artemis 2 sería el primer vuelo tripulado en llegar a la luna y posteriormente el Artemis 3. La misión de éste último es ensamblar el Lunar Gateway - una estación espacial ubicada en la órbita lunar con la capacidad para funcionar como un centro de comunicaciones, laboratorio científico, módulo de habitación a corto plazo y área de espera para rovers y robots. Suena como una película de ciencia ficción ¿no? A mi me suena más bien como un intento desesperado de trascendencia.
Fuimos escogidos - por alguna extraña razón - para venir a este mundo con un propósito. Aunque no puedo decir a ciencia cierta cuál es el de cada uno, lo que sí puedo es decirles es que el complicado arte de no morir, consiste en trascender. Un consejo, un abrazo sincero, unas palabras de aliento en el momento preciso, un viaje de seis meses a otro planeta para iniciar una nueva civilización o quizás tu apellido impreso en una chaqueta falsificada de un pobre diablo en un país corroído por narcotraficantes y políticos corruptos. A lo mejor ésta es la fórmula para no morir, para trascender, dejar un legado, una enseñanza y despedirnos de este mundo dejándolo un poco mejor de lo que lo encontramos.
Cobaaaaah impreso en el kimono para toda la vida ñaño....