Todos tenemos dos almas, según una tribu ancestral. Una alma liviana y una pesada. Ellos creen que cuando dormimos, el alma liviana viaja por el mundo de los sueños en búsqueda de su lugar de descanso eterno. De esta manera, cuando morimos, el alma pesada tiene el camino trazado para llegar a su destino.
Dos almas.
Leí esta historia en El Salvaje, novela de Guillermo Arriaga. Arriaga es el guionista de la película Amores Perros, una obra de arte, de culto, según algunos; una verdadera joya del cine latinoamericano. Pero más allá de esa película, Arriaga tiene un talento impresionante para enganchar al lector en sus novelas y ensayos, a través de historias crudas y, al mismo tiempo, escalofriantemente reales. Son testimonios de la vida de millones de mexicanos — y latinoamericanos en general, que, como latinos, sentimos de una forma casi carnal. Aquí pueden encontrar algunas de sus obras.
Sus libros tocan constantemente el tema de la muerte. Pienso que la vida, sin la muerte, no existe. La dualidad está presente en cada latido que tienen nuestros finitos corazones. Pienso en mi amigo, alumno, maestro, Bryam: un samurái que partió antes de hora. Un amigo en común me decía, para consolarme, que hay almas que ya han completado su misión en la Tierra y ya deben regresar. Me gusta creer eso; por lo menos me da paz para sobrevivir el día.
Es por eso que lo que sigue te lo escribo a ti, mi amigo Bryam. Pocas son las cualidades que rescato en las personas y una de ellas, sin duda, es la buena actitud. Tú siempre la tenías. Te conocí durante siete años y, en ese tiempo, tuve el placer de compartir muchas cosas contigo. Una de ellas, por supuesto, el Jiu-Jitsu. El arte de romper huesos y estrangular personas. Una actividad en la que llegas a conocer realmente a tus compañeros, y se crean lazos que no existen en otros lugares. A veces, incluso más que en el entrenamiento mismo, es en el espacio de conversación que se da lugar después del entrenamiento, donde se fortalecen estos vínculos. Este espacio permite el intercambio de ideas y experiencias que aportan positivamente a todos quienes forman parte de él. Finanzas, Marketing, Emprendimiento, Salud y Bienestar, Psicología, Filosofía, todos los temas que una persona se pueda imaginar surgen entre esas cuatro paredes. Y en ese sentido, aprendí mucho contigo, amigo Bryam. Tú creías que yo te enseñaba, y en realidad siempre fue al revés.
Peregrinaste por muchos lugares, conociste cientos de personas y culturas diferentes. Diste todo de ti para ayudar a jóvenes en cada rincón que visitabas. Les dabas la esperanza de que pueden sobresalir a pesar de todos los problemas — sobre todo en nuestros pobres países latinoamericanos, que son capaces de quebrar hasta el más fuerte de los espíritus. Un verdadero líder y luchador, mi amigo Bryam. La humildad te desbordaba, nunca te escuché presumir acerca de tus conferencias magistrales ante cientos de personas. Cambiaste la vida de muchas personas, jóvenes sin esperanza que, por una o dos frases tuyas, pudieron cambiar sus vidas para bien.
Tu alma liviana viajó por todo el mundo — despierto y en sueños. Ahora, esa luz sigue brillando en algún remoto lugar en el que todos, en algún momento, nos convertimos en uno. Pienso en ese sentimiento que surge cuando estás inmerso en una lucha intensa de Jiu Jitsu, ¿te acuerdas? Ese espacio sagrado en el que eres uno con el universo, no hay nada más que concentración en su forma más pura. Concentración absoluta, sin forma. Lo más próximo a llegar al infinito, de ser inmortales. Es por eso que estoy convencido de que siempre seguirás en cada uno de nosotros.
En ese sentido, nunca te fuiste.
ED
Mientras un ser querido sigue en nuestro pensamiento, no muere. Esa es la verdadera trascendencia de los humanos.